El consumo de cocaína entre los jóvenes esta fuertemente relacionado con tres fenómenos: la oferta y disponibilidad de la droga, mayor tolerancia social y familiar y la falta de límites dentro del círculo privado y de sociedad.
Estos factores tienen incidencia, en mayor medida, en jóvenes con personalidad psicológica frágil, con escasa tolerancia a la frustración y pocos límites por parte de los padres. Todo esto, dentro una cultura tóxica, como la nuestra, que reconoce la satisfacción inmediata, favorece el desarrollo de jóvenes, insatisfechos y sin ánimos de nada.
Por otra parte la presión que ejerce, el grupo de pertenencia es clave. Un adolescente, en mucho de los casos, hace cualquier cosa para lograr la aceptación de sus pares y no sentirse fuera de los “códigos” de su círculo de amistades. Por esta razón (pueden existir otras) acepta consumir como una manera de demostrar apoyo, dando el primer paso hacia la adicción.
Fuente: Narcóticos Anónimos
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