Las adicciones, como toda enfermedad, presenta una serie de síntomas que actúan como alarmas para detectar cuándo una persona puede ser considera como adicto. No necesariamente estas características se presentan en forma conjunta o en el mismo grado de intensidad y frecuencia. Depende, totalmente, de la persona la forma en que cuáles y cómo los manifiesta.
Daño progresivo en la forma y la calidad de vida del adicto. Este deterioro se produce de manera progresiva y se va perpetuando en las diferentes etapas de la enfermedad adictiva.
Pérdida de control del uso. En este sentido la persona tiende a cambiar e invertir tiempo y energía en conductas activas, dejando a un lado su vida en general.
Negación o Autoengaño. El adicto se transforma en una persona cegada que no quiere ni permite que le muestren la realidad tal cual es. Se niegan, rotundamente, a tomar conciencia de las consecuencias y efectos nocivos que trae aparejado la adicción en su vida.
Uso a pesar de daño. A pensar del daño que provoca la adicción, la persona se niega a dejar a terminar con la conducta adictiva.
El Pensamiento Adictivo. Esta formando por el conjunto de pensamientos distorsionados generados a raíz de la adicción. Esta conducta tiende a Estas distorsiones tienden a acelerar el proceso adictivo.
Fuente: Alcohólicos Anónimos