miércoles, 28 de diciembre de 2011

La marihuana, sus efectos y peligros

El consumo de marihuana, como toda droga, tiene aparejados consecuencias negativas que perjudican la salud física y psíquica del adicto. Así como también problemas sociales, económicos y personales. Entre los problemas relacionados, directamente con la salud, podemos detallar cuatro de los más frecuentes.
-Cáncer: La marihuana, al igual que los cigarrillos, esta compuesta por químicos cancerígenos. Una persona que fuma cinco cigarrillos de marihuana durante la semana consume igual cantidad de químicos que una persona que fuma un atado de cigarrillos al día. El humo de la marihuana cambia el tejido del sistema respiratorio, contribuyendo al desarrollo temprano del cáncer de cuello y cabeza.
-Trastornos Reproductivos: Esta droga afecta y perjudica las funciones sexuales masculinas y femeninas. Hay una gran relación entre consumo y esterilidad.
-Trastornos Inmunológicos: Esta droga impide el normal funcionamiento de las células T, cuando se intenta resguardar al sistema respiratorio de algunas infecciones.
-Trastornos Respiratorios: Los adictos a la marihuana suelen tener problemas respiratorios como los fumadores de tabaco. La tos y la bronquitis crónicas son dos de los síntomas. El consumo relativo puede afectar la función de los pulmones y las vías respiratorias. 

jueves, 22 de diciembre de 2011

Algunas causas y factores de la drogadicción en los adolescentes

La adolescencia es una etapa fundamental en la vida de cualquier persona. Durante ese período de tiempo el joven pasa por un período de prueba, reconocimiento y crecimiento tanto físicos como psíquicos. La rebeldía, el amor y la identidad de grupo se transforman en un denominador común sin hacer diferencias de clase social.
Es una etapa de crisis en la que muchas veces, los jóvenes, intentan evadir los problemas que se les presentan y sortear los obstáculos de la manera más rápida y fácil. Por ejemplo mediante el consumo de drogas.
En muchos casos la adicción surge por conflictos dentro de la familia (falta de comunicación, rechazo, problemas económicos y desamor) y al no encontrar en sus hogares la comodidad y la protección que necesitan buscan fuera círculo una vía de desahogo, cayendo en el error de intentar solucionar estos problemas por medio de las drogas.
Lo que el adolescente no tiene en cuenta es que el tiempo que dure el efecto de la droga es semejante al del abandono de sus problemas, después todo vuelve a ser como era antes. Los inconvenientes siguen y en muchos casos aumentan por culpa de la conducta adicta del joven.
Otra de las causas más comunes tiene que ver con la incidencia que tiene la influencia de la sociedad sobre los adolescentes.  Al ser rechazados por un grupo o presionados por sus amigos a que consuman drogas para ser “aceptado” ponen al joven en una situación de estrés y presión, casi, insostenible.
La curiosidad puede ser identificada como otros de los motores que llevan a los jóvenes a caer en las drogas.  Al observar que chicos y chicas de su edad están consumiendo ellos, casi como un acto reflejo, comienzan a consumir con la idea de descubrir “de que se trata todo esto” o “qué es lo que sienten”.
Por último, pero no por eso menos recurrente, los problemas emocionales que llevan al joven a caer en una profunda depresión y cuando se presentan estas situaciones buscan la forma de que no les afecte.
La adicción a las drogas es para muchos adolescentes la salida, el refugio y el medio para dejar de lado los problemas que la vida les pone frente a sus ojos. Es la manera de evadir la realidad, de hacerse cargo de lo siente, piensa y vive. Es una manera de postergar la posibilidad de crecer y disfrutar de uno de los momentos clave en la vida de cualquier ser.



jueves, 15 de diciembre de 2011

Adicción a la cocaína


Uno de los principales obstáculos para dejar la adicción a la cocaína es la dependencia que esta genera a lo largo del tiempo. El síndrome de abstinencia, como es conocido, comprende de síntomas físicos (no tan claros como en el caso de otras drogas) y psíquicos.

La cocaína y el crack actúan, directamente, bloqueando el transporte de dopamina y generando que esta quede liberada en cantidades elevadas, activando, de este modo, las sensaciones de euforia y placer, desmedido.

El consumo recurrente de cocaína lleva al cerebro a adaptarse, disminuyendo los niveles de dopamina. Esto conlleva a que la persona requiera dosis.

El resultado de esta demanda constante es el síndrome de abstinencia que esta ligado a un malestar totalmente contrario al placer.

Entre los síntomas más frecuentes se encuentran: la depresión, la agitación, el insomnio, la anorexia, el cansancio-fatiga, la irritabilidad y cambio brusco de humor, el desorden psiquiátrico y el deseo, compulsivo, de cocaína.

Por lo general los signos de abstinencia de cocaína son psíquicos por sobre físicos. Estos suelen manifestarse en tres fases. La primera de diforia inmediata por el consumo de cocaína, que puede llevar a cualquiera de los síntomas antes mencionados (depresión, cambio de humor, etc.) la segunda fase de abstinencia propiamente dicho, que es considerada la de mayor riesgo de recaída. Aumenta el deseo de consumir.

Por último, la tercera fase, la de extinción, que puede durar años si no es tratada de una forma adecuada.

Fuente: Fundación Manantiales

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Adicciones en boca de todos ¿qué sabemos?


La persona que es adicta no solo sufre los efectos de la enfermedad sino también todo aquel que forme parte de su contexto. La familia, los amigos, los compañeros de trabajo, la novia/o son personajes principales en la vida del adicto ya que pasan(a la par) por las distintas etapas que va sufriendo desde el comienzo hasta el final.

El entorno va descubriendo la adicción de la persona cercana. Primero la sospecha, después la negación, el enojo y la frustración. Hasta que llegado un momento la familia asume que su hijo /a esta en problemas y necesita ayuda.

La contención que los padres (junto con el resto de los seres queridos) puedan brindarle al adicto, antes, durante y después del proceso de recuperación es fundamental,

La persona enferma necesita uno o varios pilares en los cuales sostenerse ya que la adicción les ha robado la posibilidad de discernir entre lo que esta bien y lo que está mal como así también la posibilidad de medir sus impulsos y emociones.

Por todo esto los familiares asumir varios roles: deben hacer de puente, en muchos casos, entre el paciente y el equipo médico abocado a su tratamiento, escuchar con atención lo que el adicto les cuente y ofrecerle apoyo para recuperar, de a poco, la confianza perdida.

Muchas veces el adicto a las drogas se siente atacado, cuestionado y observado. Ha perdido la noción de las cosas y su realidad está completamente desvirtuada, con lo que su círculo íntimo debe volver a construir, con ayuda del equipo profesional y de la persona enferma, eso que la adicción se llevo producto de los efectos negativos que trae aparejado.

Fuente: Fundación Manantiales

viernes, 2 de diciembre de 2011

La adicción un proceso con varios obstáculos a superar

La adicción es un proceso que se desarrolla a lo largo del tiempo. Al principio, el tipo de uso que la persona hace de la sustancia o conducta, no es adictivo, pero progresivamente, el tipo de uso varia aumentando hacia la habituación primero, y luego hacia el abuso. Aun en este momento no se puede hablar de adicción, pues el abuso es un estado en el cual la persona conserva el control sobre su uso. La línea que divide al abuso de la adicción es muy fina y muchas veces inadvertida, pero lo cierto es que si la persona predispuesta se expone al uso de la sustancia o conducta de riesgo, puede pasar esa línea y convertirse en adicto.

En sus primeras fases, la adicción puede pasar inadvertida, por la levedad de los síntomas, o por la habilidad de la persona para compensar las consecuencias negativas que la adicción tiene sobre su propia vida y sus relaciones.

A lo largo de este proceso la persona pasa por diversas etapas que reflejan el agravamiento progresivo del desorden adictivo.

Las distintas etapas de la adicción se relacionan a la severidad del proceso adictivo y el impacto que la adicción tiene en la vida del adicto:

1.- Etapa Temprana: En esta etapa ya la química cerebral está alterada, y esto se manifiesta en episodios de uso descontrolado que pueden no ser tan severos y frecuentes, pero son evidencia de la instalación del desorden bioquímico cerebral. Aún así la relación que la persona ha desarrollado con el sustrato de su uso, lo motiva a continuar usando, debido al refuerzo psicológico que el consumo de la sustancia o la práctica de la conducta, tiene sobre su comportamiento. Ya existe el pensamiento adictivo y comienza a manifestarse como una preocupación con el uso. Puede haber deseos automáticos y la persona comienza a invertir tiempo no programado en actividades relacionadas con el uso.

2.- Etapa Media: La pérdida de control es obvia y los episodios de consumo son más intensos y frecuentes. Ya comienza a haber problemas familiares serios debido al tiempo que la persona ocupa en actividades relacionadas con la adicción y el uso. El pensamiento adictivo se hace más intenso debido a la necesidad aumentada de negar o racionalizar su conducta. Comienzan a presentarse problemas laborales y escolares debido al malfuncionamiento psicosocial. La química cerebral ha cambiado de manera importante y la personalidad de la persona también ha cambiado, casi siempre con más irritabilidad, ansiedad e intolerancia. El ego de la persona se ha hipertrofiado para poder mantener una imagen de "normalidad" que pueda disminuir la ansiedad tanto del adicto como de las personas que lo rodean.

3.- Etapa Agravada: La inhabilidad para detener el consumo marca esta etapa del proceso adictivo. Problemas financieros severos podrían aparecer y el aislamiento social se hace evidente y marcado. Problemas severos en las relaciones familiares que pueden llegar a la separación. Pérdidas de empleo y deterioro del funcionamiento laboral se hacen presentes de manera que el adicto no puede muchas veces, ni conseguir ni mantener un empleo. La depresión severa característica de esta etapa puede ser malinterpretada como primaria, pero es en realidad secundaria al desorden adictivo. Igualmente la autoestima se ha deteriorado mucho y puede aparecer psicosis toxica, en las adicciones químicas, e ideación psicótica en las adicciones de conducta.

Estas fases no están separadas realmente y se sobreponen de manera que, es difícil saber exactamente donde esta ubicado un adicto en el proceso, pero en la mayoría de los casos se pueden utilizar para entender mejor la severidad del problema y las necesidades individuales de tratamiento.

Fuente: Fundación Manantiales