jueves, 30 de agosto de 2012

Los síntomas claves de las adicciones


Cualquier tipo de adicción, en este caso, a las drogas puede ser reconocida a través de síntomas comunes que aparecen en la mayoría de los casos.
Entre los más comunes y recurrentes se encuentra la obsesión,  la falta de control, total o parcial, la negación y las consecuencias negativas.

Por lo general la adicción es vivida como una obsesión. El pensamiento del adicto se reduce a encontrar la forma de conseguir la droga, a cualquier costo.   La conducta adictiva posee una gran fijación lo que hará que la persona afectada delegue gran parte de su tiempo, atención y energía a ese tema.
Las consecuencias negativas son el factor que genera que una adicción sea una enfermedad perjudicial porque esta no solo se vuelve en contra del adicto sino también de los demás, de su entorno.
El deterioro de las relaciones familiares, de amigos y de pareja, el bajo rendimiento en el trabajo, la pérdida económica,  el padecimiento de trastornos psicológicos y físicos y el cambio de conducta, son algunos de los efectos negativos que aquejan al adicto y su círculo.
La insuficiencia para controlar las situaciones es uno de los rasgos más característicos de cualquier adicto.  La adicción controla a la persona, no la persona a la adicción.
Por otro lado la negación ejerce un rol fundamental.  Cuando el adicto comienza a sumar problemas en los distintos ámbitos de su vida (trabajo, relaciones, economía) empiezan a negar dos cosas principalmente: que la adroga o actividad adictiva que llevan a cabo genere un problema difícil de ser controlado y que los efectos nocivos en sus vidas tenga conexión con la adicción.

Estos cuatro síntomas pueden presentarse juntos o por separado. La combinación de todos estos más la suma de otros factores claves generan un desgaste físico y mental en la vida del adicto.

Fuente: Fundación Manantiales 

viernes, 24 de agosto de 2012

Tratamiento para adictos


El tratamiento debe ser individualizado ¿Por qué? Porque cada persona es un mundo, una historia distinta, que merece un seguimiento especial y dedicado para encontrar la forma adecuada para tratar su adicción.
La primera consulta, la creación de un diagnóstico y la posterior intervención y tratamiento son partes elementales del proceso de recuperación donde las distintas etapas se siguen la una a la otra.
La diagramación de tratamiento se hace en base a las características y necesidad inmediatas del adicto. De esta forma se obtiene una guía base que sirve para plantear las metas de la recuperación.
Dentro del procedimiento hay componentes que no pueden faltar y que sirven como puente entre el paciente y el equipo médico y el paciente y su entorno.
Ellos son: componentes psicosociales, farmacológicos, de autoayuda y también terapias alternativas. 

Fuente: Fundación Manantiales 

lunes, 6 de agosto de 2012

Ludopatía: cuando el juego maneja tu vida


El juego compulsivo o ludopatía es considerado un desorden caracterizado por una conducta descontrolada en relación directa a los distintos tipos de juegos.  La persona va aumentando la cantidad de tiempo, dinero y energía que dedica a estas actividades, dejando a un lado su rutina para dedicarse de lleno al juego, volviéndose completamente dependiente.
Al perder una partida de poker o en las maquinitas en el casino, el jugador compulsivo, no deja la actividad. Al contrario, perder, lo ve como un doble desafío por lo que debe seguir jugando para superarse a si mismo y demostrarle a los demás qué tan bueno es.
Esta actitud provocativa e impulsiva lo lleva a apostar grandes cantidades de dinero, bienes y objetos con el afán de seguir jugando hasta conseguir la victoria.
Estos gastos desmedidos llevan, al adicto, a tener problemas económicos y sociales ya que no es difícil ver a un jugador compulsivo víctima de un ataque de nervios en medio de una partida de cartas por haber perdido la mano. O a una persona completamente fuera de si, presentando rasgos de violencia por una mala jugada en la ruleta.
La ludopatía puede causar intolerancia a la frustración, incapacidad para conectarse con sus emociones, sentimientos de baja autoestima o depresión y la mitomanía como forma de ocultar esa doble vida, que por lo general, lleva aquella persona adicta al juego.

miércoles, 1 de agosto de 2012

Alcohorexia: peso y alcohol


El consumo de alcohol,  en cantidades abundantes y desmedidas, tiene un alarmante crecimiento en la última década. Ya no hay diferencia de sexos a la hora de delimitar quiénes son los que más consumen. Hombres y mujeres, adolescentes, beben casi al mismo nivel.
La diferencia esta que las mujeres cuentan con la “presión” de cuidar su cuerpo y mantener un peso ideal y es ahí donde entra en juego una nueva problemática: La alcohorexia, que afecta a más de 180 mil mujeres entre 18 y 30 años (en su mayoría universitarias) en nuestro país.
Este trastorno alimenticio abre varios interrogantes ¿Cómo logran consumir alcohol y al mismo tiempo no excederse en calorías? ¿Cuál es la forma de encontrar el equilibrio para no subir de peso? ¿Dejar de beber alcohol o dejar de comer? La respuesta: dejar de comer.
El razonamiento con el que se rigen las mujeres que tienen alcohorexia es el de intercambio de calorías. “Hoy a la noche no como porque voy a tomar alcohol (en grandes cantidades) y me voy a pasar” “Como una ensalada que tiene pocas calorías y de esa forma tengo margen a favor para tomar algunas cervezas más”.
Uno de los principales puntos de atención  de esta nueva “moda” es que las adolescentes pueden desarrollar una problemática doble: por un lado un trastorno alimenticio (debido a la mala, escasa o nula alimentación) y por el otro una adicción (el alcoholismo)
La alcohorexia tiene distintos perfiles de mujeres que la padecen. Están aquellas que cuentan las calorías que deberían ingerir en una dieta normal para suplantarlas por alcohol, otras directamente dejan de comer para remplazar el valor calórico de los alimentos por bebidas con graduación alcohólica y  algunas ingieren alcohol después de haber comido en exceso para provocar el vómito y de esta manera evitar engordar.
Lo cierto es que este trastorno alimenticio genera deterioro de todos los órganos y esto hace que la recuperación sea aún más difícil.